La semana pasada hablamos de que a veces tenemos ideas erróneas sobre las cosas. Hablamos de que a veces se tienen ideas equivocadas sobre Dios y la Iglesia, ya fuera por no haber investigado lo suficiente, o porque los cristianos no hemos sido claros.
Bien, pues el tema de hoy tiene que ver con la verdad. Hoy se dice de que la verdad absoluta no existe, que todo depende de lo que tu consideres, de lo que pienses de las cosas. Es como si se estuviera diciendo: "es verdad que no existe la verdad". Una contradicción... Esto es lo que el entonces Cardenal Ratzinger llamó "dictadura del relativismo".
«Mientras que el relativismo, es decir, dejarse "llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina", parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos» (Homilía en la Misa Pro Eligendo Pontifice)
Algunos dicen que hablar de la verdad es imponer tu opinión sobre la de los demás. A esto hay que decir que a la verdad se accede desde distintas perspectivas.
La verdad no está en contra del pluralismo, que es bueno e inevitable. Pero ojo con el pluralismo que viene de defender una libertad absoluta para todo, ojo con el pluralismo que iguala todas las opiniones. A los que dicen, por ejemplo, que todas las religiones son iguales, que todas las opiniones son iguales; ante este «todo vale, todo es igual», ante los que piden tolerancia para todo, hay que hacerles entender la necesaria referencia a la verdad. Porque no todas las opiniones valen lo mismo: en cuestión de Medicina, no vale lo mismo la opinión de un médico que de un filósofo. Y no tendría sentido que un filósofo, ante un dictamen de un médico, le dijera que le está imponiendo su diagnóstico. Eso es absurdo. Por eso, a los que piden una tolerancia absoluta, hay que decirles que ésta va necesariamente unida al respeto a lo que las cosas son, al respeto a la verdad. Por eso hay cosas que no se pueden tolerar, hay cosas que no se pueden respetar.
Las incoherencias del relativismo en el que estamos sumergidos |
Quizás el problema del relativismo es pensar que la verdad nos va a quitar libertad. Quizás el problema es que esa premisa no es correcta. Y quizás la respuesta a esta crisis que estamos viviendo a nivel mundial sea volver a la verdad. Al fin y al cabo, «la verdad os hará libres» (Jn 8, 32).
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